Es una oportunidad de juego, exploración y libertad. Dentro de un marco de contención y escucha, se proponen dinámicas de ejercicio corporal y expresivas a través de la música y la práctica. Se trabajan los ritmos, la respiración y la voz con telas, cojines, aros, colchonetas, barras y pelotas.
La expresión de los afectos e ideas también es una parte muy importante. El contacto corporal y el diálogo, permiten elaborar el mundo emocional dando cauce a la expresión del miedo, el enojo, la euforia, la tensión interna, el agotamiento, la vitalidad, la alegría, la ansiedad y el estrés.